Las cuencas son todas diversas dependiendo de sus condiciones geográficas, climáticas y culturales.  Son  territorios que comprenden llanuras y partes altas como los cerros. Generan lluvias que caen hacia las partes más bajas como ríos y arroyos donde se puede almacenar como presas, bordos y áreas con condiciones para filtrarse al subsuelo. 

Una Cuenca  Sana cuenta con vegetación y fauna silvestre donde conviven también los humanos. O son espacios conservados como hábitats. En esta convivencia existe un respeto y un claro propósito de equilibrio entre la relación naturaleza y quienes la habitan.  Comparten de manera responsable los servicios ambientales como agua, tierra y vegetación 

La producción de alimentos y otros oficios y comercios de la cultura humana son ambientalmente sustentables.  Los pobladores entienden las formas de vida y de producción que dicta la naturaleza.

Las comunidades rurales vuelven a ser los cuidadores de los montes, fauna silvestre y la vegetación que les rodea. Asimismo, las zonas urbanas respetan, agradecen y promueven una economía en equilibrio con la naturaleza. 

Una Cuenca Sana cuenta con reglamentos, acuerdos y políticas públicas que orientan presupuestos y acciones que permiten una constante reforestación, saneamiento, monitoreo, observación, educación y otras actividades que mantienen y promueven una conexión profunda y activa con la salud de la Cuenca y de la misma Comunidad.