Antes de que suene la campana

Henry Miller es director de la asociación civil El maíz más pequeño. En colaboración con la Fundación Gonzalo Río Arronte y la Maestría de Gestión Integral de Cuencas de la Universidad Autónoma de Querétaro coordina el proyecto: Cuencas, Gente, Agua y Cambio Climático, Procesos de Adaptación en la Sub-Cuenca Támbula-Picachos. Es integrante del actual Consejo de Planeación de Desarrollo Municipal.

OCAS:

¿Qué mensaje darías a los precandidatos en estas jornadas electorales este Día Mundial del Agua?

Es el momento de actuar. No sólo porque estamos en vísperas de una campaña electoral sino porque ya no tenemos más tiempo que perder con discursos ligeros ni piruetas que evaden lo inevitable. Los proyectos de vida de nuestros jóvenes están en riesgo por causa de una dolorosa inercia que frena el sano avance de nuestra sociedad.

El cambio climático ya está aquí. Cuando nuestros jóvenes tengan 50 años habrá una población que rebasa los 9 mil millones de personas. Ésta ocupará más agua, más espacio, más energía, requiriendo más comida y desechando más residuos sólidos. Hasta la fecha, el mismo sistema y sus políticas públicas no se han hecho cargo de que esta transición se resuelva exitosamente ante una realidad ambiental nada alentadora.

Según datos de la FAO de 2010-11 la producción mundial de alimentos se deberá incrementar en un 70% para alimentar a una población de 9.5 mil millones de personas en 2050. Debido a la escasez de tierras, los agricultores se verán obligados a obtener un mayor rendimiento de la tierra ya cultivada. Además, en un lapso no mayor a 15 años, dos terceras partes de la población mundial podría sufrir condiciones de falta de agua requerida para la producción de alimentos.

El Programa Especial de Cambio Climático (PECC), publicado el 28 de abril de 2014 en el Diario Oficial de la Federación, revela que en los últimos 45 años el país se ha calentado 0.85 grados C, y durante el periodo 2000-2012 las perdidas provocados por los desastres naturales superaron $21,950 millones de pesos.

OCAS:

¿Cómo reorientar entonces los recursos existentes en líneas de acción concretas que generan resultados tangibles en el corto plazo?

Por lo anterior, quisiera poner sobre la mesa temas para la consideración de la población y de los candidatos porque un proceso electoral no sólo trata del lenguaje de los políticos, sino de los ciudadanos también. Son cinco puntos concretamente:

  • Ampliar la población participativa.

Dentro de todos los niveles de educación pública habría que integrar materias relacionadas con el cambio climático desde una perspectiva de cuencas (territorio que provee los recursos naturales necesarios para la reproducción de la vida).

  • Incrementar eficacia en la toma de decisiones

Detrás de cualquier libre decisión deben existir tres elementos fundamentales: opciones, conocimiento previo y el poder de implementar lo que uno elige.

Para encontrar soluciones a los problemas difíciles hay que hablar de los problemas, independientemente de si la solución es evidente o no. Le corresponde a las “autoridades” promover la participación social ampliando el universo de posibilidades para encontrar juntos una solución. Escuchar a quienes tienen el conocimiento y la experiencia es fundamental. Asimismo, la ciudadanía tiene la posibilidad y en muchos casos el deber de ocupar los espacios específicos en donde se lleve a cabo este diálogo para mejorar las decisiones como tal.

  • Ocupar los espacios para la toma de decisiones

La participación social no es un discurso sino un ejercicio de gobernanza constructiva que implica un proceso de aprendizaje, compromiso y presencia continua.

Por tanto, para asegurar un 100% de eficiencia en la gestión de los recursos naturales; la elaboración y justificación de los presupuestos; el cumplimiento de programas de desarrollo y obras de mejoramiento; la aplicación de leyes existentes; la creación de acuerdos que enmarcan los objetivos y que protegen a todo usuario… se requiere ocupar los consejos, asambleas y comités con voz y voto. El sentido de esta gobernanza constructiva es establecer políticas públicas a la altura de los problemas y necesidades del momento actual.

  • Implementar las mejores practicas

Ya sabemos qué es lo que funciona y lo que no funciona. De nuevo declaro que en México tenemos manuales, talleres, carreras, diplomados, cursos, retiros, certificaciones, programas y granos estratégicos. Hay maestrías, centros regionales, escuelitas, escuelas campesinas y ranchos demostrativos.

Tenemos A.C´s, S.C´s, IAP´s, y ADR´s. Tenemos caminos, rutas, rulas, vías, papas voladoras y peregrinaciones a las cañadas en Huatusco, Veracruz. Tenemos redes, redes y más redes. Tenemos parques, reservas, jardines botánicos, áreas naturales protegidos y tenemos comunidades donde la gente se quita el sombrero y se habla de usted.

Tenemos reuniones, recetas (no hay recetas), resultados, encuentros, consejos, comisiones, enlaces, técnicos, y todavía unos cuantos extensionistas. Tenemos siete veranos. Va para las parteras tradicionales, promotores, internados, voluntarios, transicioneros, montañeros, mezcaleros, mojiganguerreros y huapangeros, grafiteros, rolleros (me incluyo), composteros, caldos, bioles, bio max´s, bocachis, bancos de semilla, ferias y fiestas de semilla y semillas benditas para aprender sembrando.

Está la página, el link y las fotos de mi huerto en el Face. Tenemos el Kuni, Tlaloc y la Quetzal, El Tumín y el Tomín, el mercadito y el Mercado Sano, multi-trueque, tianquiztli´s, camas y surcos en Keyline y banda para decir basta.

Tenemos comales, cocineras que se llaman Carmen, cajas, créditos y el poder del consumidor. Hay ocho principios, soberanía igual que seguridad, de la sombra, de la sierra, de la olla, orgánico, natural, holístico y producido con puro corazón. Tenemos Oaxaca…

Tenemos distinguidos docentes que velan dos turnos dentro de las aulas de la Secretaria de Educación Pública que aún sueñan el sueño del maestro Rafael Ramírez y la Nueva Escuela Rural Mexicana. Ocupan el huerto escolar como laboratorio experimental de competencias. A todas y a todos que se encuentran en alguna institución de los tres niveles trabajando con el compromiso de servir y ser parte de la solución les digo ¡Chapó!

Y para ubicar todo esto se puede consultar: la Declaratoria de Xochitla 2010; el Plan Estratégico 2011-2015 del Movimiento Agroecológico Latinoamericano (MAELA); la Declaratoria del Primer Congreso Regional de Soberanía Alimentaria en la Sierra Gorda 2014; el Himno de la Tosepan Titataniske y la Antigua Palabra del Huehuetlatolli del año 1600dc.

Seguramente tenemos muchas cosas más pero en fin…..

Aquí existen las mejores prácticas. Entonces, hagámoslo…Just do it!

  • Creación y fortalecimiento de redes de apoyo, ahorro, consumo y de reparto.

La normatividad fósil de nuestras instituciones está esterilizando la creatividad, la movilidad y la capacidad de nuestros gobiernos municipales para atender a la población en general. La vuelve vulnerable ante problemas históricos, ahora exacerbados por el cambio climático, cuyas dimensiones rebasan los presupuestos otorgados por el estado. Por esta razón, es necesaria una organización más novedosa de gobierno que se adapte al clima inestable y cumpla con las funciones básicas de producción, abasto, educación, decisión, vigilancia, cuidado y la regeneración socio-económico-ambiental en general.

Es posible reestablecer la vinculación entre nuestras poblaciones rurales y urbanas; renovar la confianza entre ciudadanos y la recuperación de nuestras comunidades rurales y colonias urbanas reduciendo los tiempos en la resolución de sus necesidades inmediatas. Es posible regenerar el cumplimiento de las obligaciones y derechos que aseguran el camino sustentable de las futuras generaciones.