Ignacio Soto, presidente del Consejo Estatal Agroalimentario de Guanajuato plantea tres soluciones básicas al abatimiento del acuífero:

Primero: El día en que el consumidor exija que los productos agrícolas sean generados bajo condiciones de ahorro del agua, todo cambiaría con respecto a la sobreexplotación del acuífero. Segundo: Si se impulsara el Plan Hídrico promovido por los agricultores, para el año 2040 el acuífero recuperaría su equilibrio. Tercero: La protección de las las zonas de recarga del manto acuífero —por medio de un parque ecológico— debe estar en manos de una sociedad organizada, no de las instituciones.

Los avances más importantes en la agricultura no han salido de los agremiados solamente, advierte Ignacio Soto, sino de las demandas del mercado. México podría ser pionero mundial tomando medidas como las señaladas arriba. “Podríamos crear un modelo de sociedad donde nosotros mismos nos autoregulamos y la autoridad nada más sea un administrador de esa participación social.”

Para el año 2040 el acuífero de la Independencia podría regresar a su equilibrio natural de aplicarse el Plan Hídrico elaborado por académicos de la UNAM y miembros de los Consejos Estatales de Agua regionales en un foro interno apolítico organizado por los agricultores de Guanajuato. Implica 15 mil hectáreas de riego sometidas a goteo. Sin embargo, los presupuestos que se aplican sólo dan para mil o dos mil hectáreas, reconoce el también presidente de la Unión Agrícola y Asociación Agrícola de San Miguel de Allende “Las autoridades no están siendo congruentes con el sentir de lo que debe hacerse.”

Ya existen muchas hectáreas con riego por goteo pero todavía no son suficientes para alcanzar la meta. Si se aplicara una ley que exigiera el riego por goteo como condición para la exportación de productos, el 90 por ciento de los agricultores ya podría cumplir con ella. Pero traemos cinco años de atraso y no somos tomados en cuenta para el presupuesto que requiere nuestra propuesta.”

Como vicepresidente de la zona Centro-Occidente del Consejo Nacional Agropecuario Ignacio Soto reconoce el enorme esfuerzo de “la gente del campo que hemos desarrollado exportación, trabajos, somos un ejemplo de eficiencia. Tenemos un record en produtos orgánicos, también tenemos un record en agricultura protegida frente al cambio climático. Las políticas públicas no son congruentes ni reconocen estos logros. Los legisladores que hemos abordado son sensibles a nuestras propuestas y nos han escuchado para que este Plan Hídrico sea respaldado desde la ley.”

Convencer a los legisladores es una cosa, pero convencer a los mismos agremiados que piensan que este Plan Hídrico es una imposición, es la doble tarea que se plantea Soto. Porque la otra cara de la agricultura, esos pequeños productores que son muchos y producen localmente con métodos presurizados, tampoco quieren cambiar su forma de pensar. Muchos de ellos tienen pequeñas parcelas sin la capacidad para modernizarse. Esto nos lleva al segundo punto de un acuífero sobreexplotado: los pozos contaminados con metales pesados para fines de riego ¿Qué está pasando con los productos agrícolas?

En el norte del estado sólo hay aguas fósiles. “Estamos llegando a mantos de arsénico y fluor y otros metales pesados. El problema es la competencia con las comunidades vecinas. Cada vez que un productor excava más profundo para obtener agua, el de al lado también. Y juntos están llegando a esta zona de agua fósil.”

Ignacio Soto afirma que “todavía no llegamos al nivel donde la siembra de un producto haya fracasado debido a los metales pesados. Los vegetales son seres vivos y tienen una membrana que es permeable. Logran controlar esto hasta cierto punto. En los humanos sí hay un impacto en la salud porque su presencia es acumulativa. Somos la parte superior de la cadena alimenticia y comemos todo lo que consume agua.” Hay tecnología para hacer que esta agua sea potable. “Pero si ni siquiera tratamos las aguas negras urbanas, imagina que lejos estamos de hacer potable el agua de riego con metales pesados”, reconoce.

De ahí que la solución a todo lo planteado tendría que venir del reconocimiento de la sociedad de que San Miguel de Allende está rodeado de un parteaguas entre el Pacífico y el Atlántico que debe aprovecharse para recarga del manto acuífero. Propone que ya no se permita el desarrollo urbano en esas zonas estratégicas. Propone también que los guanajuatenses compren estas tierras para crear un super parque con zonas de recarga. “Y para no entrar en conflicto con las autoridades, tomar nosotros la responsabilidad de llevar esto a cabo. Las instituciones no lo van a hacer. Están demasiado preocupadas en su diario actuar.”

El caso de Amealco, una zona muy pobre de Querétaro colindando con el Estado de México es un modelo, hoy día, de sustentabilidad y eficiencia de debe replicarse en nuestro municipio. Sólo se requiere, afirma Soto, la voluntad para hacerlo y obligar a las autoridades a que lo copien. “Estoy convencido de que la solución a todo está en nosotros mismos.”

Ver transcripción completa en nuestra sección Diálogos del Agua.

Ignacio Soto,  president of the State Agri-Food Council of Guanajuato has three basic solutions to the aquifer´s depletion:

First: When consumers demand that all agricultural products be generated under water-saving conditions, everything would change regarding the overexploitation of the aquifer. Second: If the farmers´ Hydric Plan were promoted fully, by the year 2040 the aquifer could regain its balance. Third: The protection of the recharge zones of the aquifer —by means of an ecological park –must be in the hands of an organized society, not the institutions.

The most important advances in agriculture have come not only from the farmers but from the internal market´s demand, says Ignacio Soto. Mexico could be a world pioneer with measures like the above. We could create a model where we can self-regulate ourselves. The authorities would only administrate that social participation.”

Ignacio Soto is convinced that by 2040 the aquifer of Independence could return to its natural balance if the Hydric Plan designed by UNAM scholars and members of the Regional Water Councils —during a forum organized by the farmers of Guanajuato—, would be applied fully. It implies 15 thousand hectares of drip irrigation. However, the actual official budgets cover only one or two thousand hectares. As president of the Agricultural Union and Agricultural Association of San Miguel de Allende, Soto admits that: “The authorities are not being congruent with the general opinion of what must be done. We do not see a budget that corresponds to our target.”

Many hectares with drip irrigation already exist, but not enough. If a law were applied that required drip irrigation as a pre-condition for exportation, 90 percent of our farmers could deal with it. But we are five years behind schedule and we are not taken into account for the required support.”

As vice-president of the Central-West zone of the National Agricultural Council, Ignacio Soto also recognizes the tremendous efforts of the farmers in creating jobs, exporting products… “we are an example of efficiency. We have a record in organic products, we also have a record in protecting agriculture against climate change. Public policies are not congruent with these achievements. Fortunately the legislators approached by us are sensitive to our proposals and have listened to our Hydric Plan so it can be legally sustained.”

Convincing lawmakers is one thing, but convincing the union members who think this Hydric Plan is an imposition is Ignacio Soto´s the double task. Because the other side of the coin, the farmers that produce locally with pressurized methods, —who are many— have a different mindset. Many have small plots that need to be modernized, which leads us to the second issue of an overexploited aquifer: wells used for agriculture are now contaminated with heavy metals. What is happening to the agricultural products?

In the north of Guanajuato State there is only fossil water. “We are reaching the arsenic and fluoride underground levels along with other heavy metals. The problem is the competition within neighboring communities. Whenever a producer digs deeper to get water, the next one does it too. And together they are reaching this fossil water. ”

Ignacio Soto states that “we have not yet reached the level where the crops have failed due to heavy metals. Vegetables are living beings and have a permeable membrane. They manage to control this to a certain extent. But there is an impact on human health because the presence of heavy metals is accumulative. We are the top of the food chain and we eat everything that consumes water.” The technology to treat this water exists, but we are far from reaching this point if we are way behind in treating urban waste waters.

Hence, the solution to all our problems must be addressed from an organized, awakened society ready to recognize that San Miguel de Allende is surrounded by a watershed between the Pacific and the Atlantic and must be used only for the aquifer recharge. Urban developments in these strategic areas cannot be allowed. Ignacio Soto believes the people of Guanajuato should buy this land to create a super park with recharge zones. “In order to not create conflict with the authorities, we should act on this plan ourselves. The institutions are not going to do it. They are too preoccupied with their daily concerns.

The case of Amealco, a very poor area of ​​Querétaro bordering the State of Mexico, is a model, nowadays, of sustainability and efficiency that must be replicated in our municipality. It only requires, says Soto, the will to apply this model and put pressure on the authorities to accept it. “I am convinced that the solution to everything is in ourselves.”

Read complete transcript in our section Dialogos del Agua.