Mariana Cárdenas, con un posdoctorado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y autora de estudios sobre la exposición a varios tóxicos ambientales en la salud renal de niños en Villa de Reyes, Dolores Hidalgo, se refiere —a petición nuestra— a los límites actuales permisibles de contaminantes en el agua de Guanajuato. Su respuesta aclara muchas de las preocupaciones sobre la salud de la población en los perímetros del acuífero de la Independencia: “Técnicamente deberíamos manejar límites permisibles menores a los actuales. Lo que yo he escuchado y entiendo es que en zonas como Durango, San Luis Potosí y Guanajuato tener agua con estos niveles ideales de concentración de metales pesados es muy costoso, requeriría altos costos de mantenimiento.”

Sin embargo, la doctora Cárdenas ha encontrado la presencia de cromo en la orina de los niños, por lo que asume que otras fuentes de exposición importantes son el polvo y los agroquímicos. Señala que tales fuentes son aún inexploradas pero sin duda potenciales de elementos tóxicos. El cromo no se encontró en las muestras de agua analizadas.

“Si yo tuviera una solución inmediata a este problema sería una modificación a fondo en términos de la cultura y gestión del agua. Sin un cambio cultural de hábitos no puede haber un cambio en la gestión del agua. Si en mis manos estuviera cerraría pozos, por supuesto. La concentración tóxica de elementos como el fluoruro y el arsénico se ha exacerbado por la sobreexplotación de los acuíferos. Por otro lado, la posible restauración del acuíferos y su recuperación total necesitaría de muchos años. Estamos hablando en tiempos geológicos.”

Por lo anterior, la entrevistada admite que el factor ambiental es el más fácil de controlar de entre todas las causas multifactoriales de riesgo. “Cerramos pozos contaminados, reducimos la contaminación ambiental, ponemos filtros, capturamos agua de lluvia…eso es facilísimo de hacer. Aún así, sólo estamos atacando un factor de riesgo.” Faltarían los factores genético y estilo de vida por atenderse puntualmente.

La “tragedia ambiental” de Guanajuato, como le llama la entrevistada, y la insuficiencia de evaluaciones y diagnósticos de la situación es lo que más le preocupa. “He observado que los lugares donde hay enfermedad renal crónica, coincide con la región del acuífero de la Independencia, altamente contaminado con arsénico y fluoruro. Sin embargo, el problema en los hospitales es que no hay un registro de esta enfermedad. Ésta se encuentra sub-registrada tanto a nivel nacional como internacional. Cuando una persona tiene enfermedad renal, muere por hipertensión o diabetes y es difícil describir cuál es la etiología de la mayoría de las enfermedades renales. De ahí que es muy difícil para las instituciones de salud confirmar que hay presencia de enfermedad renal en tal región porque los registros no lo reflejan. A eso me refiero con la necesidad de hacer un diagnóstico preciso de la situación. No sabemos cuánta gente está expuesta y cuáles son los efectos a la salud humana asociados con tal exposición.”

Mariana Cárdenas pertenece a varias organizaciones de la sociedad civil que promueven los derechos y una nueva cultura del agua. Una de éstas plantea hacer un inventario nacional de la calidad del agua (INCA). “Queremos lanzarla como una aplicación para teléfonos inteligentes, por ejemplo, donde puedas consultar la calidad del agua según el estado, municipio o comunidad donde te encuentres. Saldría un mapa con todos los niveles de medición reportados. Actualmente, estamos reuniendo esta información y construyendo la base de datos.”

Sin embargo, le preguntamos sobre la dificultad de tener cifras precisas oficiales con respecto a las concentraciones de tóxicos en el agua. La Dra. Cárdenas explica que esto se debe a la diversidad de circunstancias en las que se han toma las muestras para su evaluación. “Tenemos mediciones con diferente temporalidad de muestreo, diferentes metodologías y técnicas de evaluación. En todo caso, están por encima de la norma, tanto de la OMS como de la norma mexicana. Es decir, el peligro está ahí. Hay exposición, y es alta.”

El papel que juega la divulgación científica es clave para la doctora Cárdenas en un contexto tan complejo y amenazado como el de Guanajuato. Una de las salidas es que cada quien se haga responsable de su salud si tiene la información en la mano. “Siento a la población muy apática y muy enfocada en culpar a otros por sus padecimientos. Pero esto se queda en un grito sin ninguna consecuencia. Por otro lado, los académicos que se acercan a las comunidades para estudiarlas nunca regresan. Los pobladores están muy cansados y desalentados. El sector científico está muy desprestigiado en este sentido, porque tampoco sabe comunicarse con los demás en su propio idioma. Necesitamos carisma para entrar en una comunidad e informar a la gente. Y esto no es nada fácil, pero es indispensable. Por este motivo quiero llevar a cabo una caravana de divulgación en las escuelas pues me parece urgente.”

Ver transcripción completa de la entrevista en nuestra sección Diálogos del Agua:https://cuencasanacomunidadsana.org/dialogos/

 

 

Mariana Cárdenas, a postdoctoral fellow at Harvard Medical School and the author of recent studies on exposure to various environmental toxics in children’s renal health in Villa de Reyes, Dolores Hidalgo, refers, on our request, to the present permissible contaminant limits  in the water of Guanajuato. Her answer clarifies many of the health concerns in the area of the Independence aquifer: “We should technically set lower permissible limits than the current ones. What I have heard and understand is that in areas such as Durango, San Luis Potosí and Guanajuato, getting to the ideal levels of heavy metals concentration in the water is very costly and  would require high maintenance costs.”

However, the study carried out by Dr. Cardenas has also detected the presence of chromium in the children’s urine, so she assumes that other important sources of exposure would be dust and agrochemicals. She points out that such sources are still unexplored, but certainly potential toxic elements. Chromium was not found in the analyzed water samples.

“If I had an immediate solution to this problem it would be a profound modification in the water culture and management. Without a cultural change of habits we can´t change the water management. If it were in my hands, I would shut down wells, of course. The toxic concentration of elements such as fluoride and arsenic has been exacerbated by the overexploitation of the aquifers. On the other hand, the possible regeneration of the aquifer and its full recovery  would need many years. We are talking about a geological timing here.”

At the end of the day the environmental factor is the easiest to control among all the multifactorial causes of risk, she admits. “We close contaminated wells, reduce environmental pollution, put in filters, capture rainwater … that’s very easy to do. Even so, we are only attacking one risk factor. “Because the genetic factors and life style  would need to be approached as well.”

The “environmental tragedy” of Guanajuato, as she calls it, and the lack of evaluations and diagnoses of the situation is what most concerns her. “I have observed that the places where there is chronic kidney disease coincide with the Independence Aquifer region. It is highly contaminated with arsenic and fluoride. However, the problem in hospitals is that there is no record of this disease. It is under-registered both nationally and internationally. When a person has kidney disease, he or she dies from hypertension or diabetes so it is difficult to describe the etiology [cause] of most kidney diseases. Hence, it is very difficult for the health institutions to confirm that kidney disease is present in a region because the records do not reflect it. That’s what I mean when I talk about a precise diagnosis of the situation. We don´t know how many people are exposed and what the effects are on the human health associated with such exposure. ”

Mariana Cárdenas is a member of several non-profit organizations  promoting water rights and a new water culture. One of these is proposing to create a national inventory of water quality (Inventario Nacional de la Calidad del Agua/INCA). “We want to launch it as an application for smartphones, for example, where you can check the quality of the water according to the state, municipality or community where you are. A map would appear with all the reported measurement levels. We are currently collecting this information and building the database. ”

However, we ask about the difficulty in obtaining definite official figures regarding the toxic concentrations in water. This results from,  she explains, the diversity of circumstances in which the water samples are taken for evaluation. “We have measurements corresponding to different periods of time during the sampling, different methodologies and evaluation techniques. But in all cases all are above the norm, whether that of the World Health Organization or the Mexican standard. The danger is real.  There is exposure, and it is high.”

The role of scientific dissemination is key to Dr. Cardenas in a context as complex and threatened as Guanajuato. One way out is that everyone be responsible for their own health if they have the information at hand. “I feel the population is very apathetic and very focused on blaming others for their suffering. But this is only a cry with no consequence. On the other hand, academics who approach communities for their studies never return. The people are very tired and discouraged. The scientific sector is to blame in this sense because it doesn´t know how to communicate with others in their own languege. We need charisma to enter a community and inform people. This is not easy, but it is indispensable. For that reason I want to carry out an education campaign of scientific dissemination in schools because it seems urgent to me.”

Read the complete transcription of the interview in the Water Dialogues section of our website www.cuencasanacomunidadsana.org