En San Miguel de Allende hay varios grupos de la sociedad civil comprometidos con los temas ambientales. Durante años han intentado influir en los criterios para la toma de decisiones de las autoridades municipales con respecto al uso de nuestros recursos hídricos cada vez más escasos. Se trata de proteger el acuífero y las aguas superficiales de la region, así como brindar el tratamiento adecuado a las aguas residuales, a los desechos industriales y escurrimientos durante la temporada de lluvias. Lamentablemente, cuando este esfuerzo se enfrenta a los incontenibles impulsos del desarrollo, las autoridades locales difícilmente defienden nuestro recurso más amenazado y fuente de agua potable. Ante los estragos de la inadecuada sobreexplotación, muestran muy poca consideración por los daños causados .
A finales de marzo el Charco del Ingenio celebró su 25 Aniversario con El Foro del Agua. Académicos y expertos en calidad del agua, así como en soluciones técnicas y sociales, aportaron razones suficientes para considerar que la crisis de la calidad del agua ha llegado a su punto más critico. Por tanto, deben tomarse medidas drásticas para proteger lo que queda del recurso para seguir proporcionando agua potable a la población. Se definieron estrategias para alcanzar posibles soluciones y se elaboró una declaratoria conjunta enumerando los grandes problemas y demandas que las autoridades de todos los niveles de gobierno deben abordar de manera inmediata y concreta.
Urge, por tanto, que las autoridades reconozcan y aborden la grave contaminación del acuífero de la Independencia que abastece a San Miguel. En algunas zonas se han detectado altos niveles —de origen natural pero nocivos para la salud— de fluoruro, arsénico, manganeso y mercurio, entre otros minerales que afectan no sólo a las comunidades periféricas sino también a los pozos de la zona urbana. Graves problemas de salud han sido documentados exhaustivamente en diversas comunidades como consecuencia de estos minerales, ahora presentes también en nuestra localidad.
San Miguel no cuenta aún con otras fuentes de agua potable. Los manantiales naturales se han secado debido a la sobreexplotación. Las aguas superficiales —-lagos, embalses, ríos y arroyos— se encuentran penosamente contaminadas con desechos humanos e industriales, productos químicos, aceites y escurrimientos agrícolas. Esto impone un mayor desafío de considerarse como posible fuente de agua potable.
La presa construida al norte de Guanajuato, a dos horas de San Miguel, tampoco es una solución viable en tanto que, hasta la fecha, no ha demostrado ser una salida ni física ni económicamente realista. Por otra parte, el agua de lluvia, que sigue siendo sorprendentemente abundante en nuestros meses de verano —y que no está contaminada—, tampoco es capturada mediante una planificación adecuada para el consumo humano y se escurre arrastrando la capa de suelo superficial.
El agua embotellada, además, con las implicaciones nocivas referentes al costo, el uso de botellas de plástico, el agotamiento de los acuíferos y los dudosos métodos de tratamiento, tampoco ha demostrado ser 100% segura, lo que requiere de un mayor seguimiento por parte de las autoridades sanitarias.
Ha llegado el momento de que los ciudadanos reconozcan la gravedad de los problemas actuales, cuestionen y exijan soluciones reales a las autoridades competentes. Nos estamos viendo en la necesidad de participar en las decisiones colectivas en torno al agua ya que afectan nuestras vidas, nuestra salud y la de nuestras familias.
In San Miguel de Allende there is a cadre of associations involved in environmental issues which have been trying for many years to improve the decisions made by our municipality and surrounding areas concerning the use of our diminishing water resources—-caring for our aquifer and our surface water and our land and urging appropriate treatment of sewage and industrial wastes and runoff. Unfortunately, where the effort to preserve our resources confronts the forces of development , the local authorities have usually not demonstrated willingness to protect even the seriously endangered, life-giving resource of our drinking water against inappropriate use and overuse with little regard to the damage done.
At the end of March the Charco del Ingenio celebrated its 25th anniversary with a water conference –El Foro del Agua- in which academics and experts in water quality and technical and social responses to the issues presented a powerful case for the fact that the crisis of water quality at this time has reached the emergency stage at which we must take drastic actions to protect the last of the resource and to provide even drinking water to the people… Then they gathered and strategized next steps and possible solutions and produced a declaration of the huge looming issues and demands that the relevant authorities of all levels of government begin to address these concerns urgently and concretely.
Among the most urgent needs is that the authorities recognize and address the very serious contamination of the enormous Independence Aquifer from which comes all of San Miguel’s drinking water now laden, in some areas, with high levels of naturally-occurring but health-endangering minerals such as fluoride, arsenic, manganese, mercury, among others, now affecting not only the outlying communities but also the wells of the urban area. Very serious health problems have been exhaustively documented in the communities as a result of this contamination, which is now beginning to show up also in the urban area.
Other sources of drinking water have not yet been found for San Miguel. The natural springs that used to serve San Miguel have dried up because of the overexploitation, and the surface water—-lakes, reservoirs, rivers and streams— are even more disgustingly contaminated with human wastes, industrial wastes, chemicals, oils and agricultural runoff, making them an ever more challenging source of useable water.
A dam built in another high dessert area 2 hours north with a plan to pipe and sell the water to San Miguel has not proven to be physically, economically or in the quality of the water a realistic solution to date. And the rainwater which is still amazingly abundant in our summer months and which is not contaminated with these minerals and other contaminants, runs off uncaptured , taking much of the topsoil with it and without planning for any appropriate use of it for human consumption.
Bottled water, while having numerous other issues of cost, use of plastic bottles, depletion of aquifers and unsustainable methods of treatment to render it potable, has also not proven 100% safe for drinking and needs to be much more carefully monitored by health authorities to assure its safety.
The time has come when the citizens must also recognize the seriousness of these problems and stand up, ask questions, and require real solutions from these authorities. We will have to start being involved in the decisions that affect our own lives and health and that of our families in relation to our water.
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